Escrito por: Hugo Maúl Rivas
Guatemala, 29 de junio del 2021
¿Podría Guatemala mejorar sus perspectivas económicas aumentando la vacunación? En el corto plazo, seguramente sí; en el largo plazo, probablemente no. La vacunación masiva, si llegara a alcanzar los niveles que registran los países que más avanzados están en esta materia, permitiría que los sectores económicos más golpeados por la pandemia volvieran a operar con mayor normalidad. En el largo plazo, salvo por los efectos económicos negativos permanentes derivados de la pérdida de vidas humanas y de negocios a causa de la pandemia, las posibilidades de crecimiento del país dependen de factores estructurales poco relacionados con la velocidad de vacunación. Argumento que no pretende, bajo ningún punto de vista, desviar la atención en relación a la importancia que tiene el proceso de vacunación y la necesidad urgente de acelerar la misma, sino resaltar que hace falta mucho más que vacunar a la población para resolver los problemas económicos estructurales del país. Si bien la economía guatemalteca ha mostrado buen grado de resiliencia ante la pandemia, tal fortaleza no garantiza absolutamente nada en relación al potencial de crecimiento de la economía en el largo plazo. Las restricciones al crecimiento económico que el país afrontaba antes de la pandemia, en el mejor de los casos, siguen siendo las mismas.
El creciente optimismo que prevalece acerca de la marcha de la economía, sin duda, es una buena señal de cara al futuro. No obstante, para países como Guatemala, con bajísimos niveles de vacunación y sombrías expectativas futuras en esta materia, hace falta todavía mucho camino por recorrer antes de cantar victoria y celebrar que dar por terminado este amargo capítulo de la historia. En tal sentido, dado a que todo apunta a que el proceso de vacunación, muy probablemente, se extienda a lo largo de todo 2022, también resultaría válido preguntarse si las perspectivas económicas de Guatemala podrían disminuir a causa de ello. Algunas publicaciones del FMI, de principios de año, condicionaban los escenarios más optimistas de recuperación económica de los países en desarrollo a alcanzar niveles de vacunación cercanos al 40 por ciento de su población. Nivel crítico al que, gradualmente, cada vez se acercan más las principales economías del mundo. Las proyecciones oficiales de crecimiento económico de Guatemala para 2021 y 2022, se quiera o no, están también en función del éxito en los planes de vacunación; aunque es poco lo que se ha dicho al respecto, como mínimo, habría que rebajar la proyecciones de crecimiento económico a sus límites inferiores de no avanzar sólidamente los planes de vacunación. Salvo, claro está, que la economía guatemalteca sea inmune a los efectos de la pandemia.