04/12/2018

Última cortina de desarrollo

«Mientras tanto, de “este lado de esta frontera” nada se hace por tratar, como mínimo, de emular lo que hacen los países vecinos».

04 de diciembre del 2018

 

Escrito por: Hugo Maul Rivas

Apuesta por replicar de “este lado” de aquella frontera algunos de los elementos que los inversionistas encuentran del lado estadounidense. En pocas palabras, AMLO busca desplazar la línea fronteriza entre México y EE. UU. 25 kilómetros hacia adentro de su propio territorio. La razón, retener con trabajo y desarrollo a los mexicanos dentro de su territorio. Según lo que el mismo López Obrador dijera en el discurso de toma de posesión, a partir del primero de enero próximo entrará en funcionamiento una zona libre de 25 kilómetros de ancho a lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera que México comparte con Estados Unidos. Según el nuevo presidente de México, “esta franja… se convertirá en la zona libre más grande del mundo. Allí se cobrará lo mismo de impuestos y costarán igual los energéticos que en California, Arizona, Nuevo México y Texas… se reducirá el IVA del 16 al 8 por ciento. El ISR bajará al 20 por ciento. La gasolina, el gas y la electricidad costarán menos que en el resto del país y se aumentará al doble el salario mínimo”.

Contrario a la doctrina dominante en el istmo centroamericano, López Obrador no parece tener mayor temor a la caída en la recaudación de impuestos que podría ocurrir a causa de la reducción de impuestos, si tal sacrificio redunda en mayores niveles de empleo, salarios e inversión. A pesar de todos los riesgos operativos que dicha zona libre pueda correr, es preciso reconocer que el líder mexicano comprende bien la importancia del modelo de desarrollo industrial intensivo en el uso de mano de obra como pieza fundamental dentro de una estrategia de desarrollo. Aun después de duplicar el costo de la mano de obra, el salario mínimo en esa zona libre sería de unos Q67.84 por día, menor al que hoy existe en Guatemala, de Q90.16. Diferencia que, unida a las rebajas impositivas, reducción en los precios de insumos estratégicos y cercanía con el mercado de EE. UU. representa un riesgo formidable para la atracción de inversión en Guatemala. Sobre todo si se considera que países como Honduras ofrecen ya mejores condiciones para la inversión, tal como lo muestra el hecho que Honduras sea el tercer mayor exportador de partes eléctricas y equipos de transporte hacia el mercado de EE. UU. Independientemente de todo lo que pueda criticarse o alabarse la propuesta mexicana, AMLO parece estar consciente del grave problema que tiene en materia de generación de empleo e inversión y está dispuesto a tomar decisiones osadas al respecto. Mientras tanto, de “este lado de esta frontera” nada se hace por tratar, como mínimo, de emular lo que hacen los países vecinos. Se prefiere seguir haciendo lo mismo de siempre, nada, o lo que nunca ha funcionado con la esperanza que esta vez sea diferente.

 

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