Escrito por: Hugo Maul Rivas
Guatemala, 15 de febrero del 2022
Una escueta reseña de la geografía económica del área de conflicto basta para comprender los riesgos que podría conllevar para el mundo entero una confrontación bélica entre ambos países. Para principiar, Rusia y Ucrania son dos de los mayores productores y exportadores de trigo en el mundo, primero y quinto lugar en términos de exportaciones, con una cantidad combinada cercana a una cuarta parte de todas las exportaciones mundiales. Ucrania, por su parte, es el cuarto país exportador de maíz en el mundo, con una contribución cercana al 15 por ciento de las exportaciones mundiales. Ucrania y Rusia combinadamente producen cerca del 20 por ciento de todas las exportaciones de cebada del mundo, cuarto y quinto lugar en el ranking de países exportadores de este producto. En términos de la exportación agregada de todo tipo de cereales, Ucrania y Rusia son el segundo y tercer productor de estos productos en el mundo. Rusia, por su parte, es el segundo o tercer exportador de petróleo en el mundo. Además, la región económica del Cáucaso, vecina a Ucrania, se considera el “granero” ruso y es conocida por su producción de petróleo, gas y sus derivados, así como Ucrania, desde siempre, se ha considerado el granero de Europa.
Si a lo anterior se suma el hecho de que Rusia es uno de los principales proveedores de petróleo y gas natural para Europa y de petróleo para Estados Unidos, no resulta difícil comprender los intereses económicos que están en juego en este conflicto. Cualquier tipo de perturbación que pueda afectar la producción de estos productos en la región, o el transporte de ellos fuera de ella, puede tener importantes impactos en los precios mundiales de materias primas como los cereales y el petróleo, entre otros. Incluso, aunque el referido conflicto disminuyera en intensidad y ocurriera una salida negociada al mismo, el mercado de hidrocarburos se encuentra ya en una “apretada” situación de oferta que podría llevar los precios del barril de petróleo por encima de los US$100. Aunque Kiev se encuentre a 11 mil kilómetros de distancia de Guatemala, los impactos de lo que en aquel país suceda puede tener efectos indirectos e inmediatos sobre la economía nacional. En otras palabras, países como Guatemala difícilmente podrían escapar al impacto que un episodio bélico entre Ucrania, Rusia y los países de la OTAN podría tener sobre el precio y suministro de materias primas vitales para este tipo de economías. Asimismo, también es importante reconocer que países como Guatemala tienen muy pocos instrumentos disponibles para hacer frente a tales problemas y que mal harían en responder a ellos con medidas populistas o intervenciones gubernamentales altamente costosas y poco efectivas.