En Guatemala el acceso a fuentes de trabajo formal es la excepción y no la regla. Según la última Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos –ENE II 2013-, de cada 10 guatemaltecos ocupados únicamente cuatro se encuentran trabajando en relación de dependencia (incluyendo tanto empleados en el sector público como en el sector privado). El resto de personas se ocupa ya sea en calidad de patronos y trabajadores por cuenta propia, o como trabajadores familiares no remunerados.
La mayor diferencia en las anteriores categorías ocupacionales radica en la certeza con que se generan los ingresos laborales y el tiempo que se debe invertir para generarlos. Los trabajadores asalariados reciben un pago fijo a cambio de una cantidad determinada de horas de trabajo. Si bien en algunos casos existen bonos por desempeño o pago de horas extra, siempre se garantiza un pago mínimo, que para el 2013 era de Q2,422. En el otro extremo, del lado de la presencia del riesgo y la incertidumbre, se encuentran los patronos o dueños de un negocio. En esta categoría ocupacional los ingresos y horas de trabajo no son fijos, ya que los mismos dependen de varios factores que se resumen en las compras realizadas por los clientes del negocio. No obstante, en la categoría patronal generalmente se encuentran personas que cuentan con el capital físico, humano y social necesario para obtener mayores ganancias a cambio de los riesgos tomados, generando ingresos promedio de Q5,476.
Por otro lado se encuentran las personas que trabajan por cuenta propia, una categoría ocupacional en donde sus ingresos no son fijos, ya que los mismos también se dependen de las ventas realizadas día a día. Sin embargo, los cuentapropistas enfrentan estos riesgos sin contar las condiciones necesarias para traducirlos en mayores ganancias, generando ingresos mensuales de Q1,380. No cuentan con el suficiente acceso a capacitación para: agregarle valor a sus productos, aprender a comercializarlos, ni tampoco cuentan con la infraestructura productiva mínima que les facilite el acceso a otros mercados. Si bien la mayoría de trabajadores por cuenta propia preferiría acceder a un empleo formal, todavía existen espacios de mejora para proveerles de herramientas y condiciones que les permita sacar un mayor provecho a la actividad económica que actualmente desempeñan.