08/12/2020

Readecuación presupuestaria

Escrito por: Hugo Maul Rivas

Guatemala, 08 de diciembre del 2020

La carrera contra el tiempo para lograr una readecuación presupuestaria para 2021 podría ser una gran oportunidad para corregir los más importantes problemas del malogrado proyecto de Presupuesto. En caso contrario, esta carrera podría no dejar satisfecho a nadie y convertirse en una oportunidad desperdiciada. Es importante tener claro que no puede enmendarse en un mes un proceso de formulación presupuestaria que tomó casi un año; para bien o para mal, se debe trabajar con lo que hay. Sin embargo, tal como se hizo algunas veces en el pasado reciente, más que analizar caso por caso cada rubro de gasto en cada dependencia gubernamental, lo importante es tener algunas cuantas reglas generales de procedimiento que guíen el proceso. En tal sentido, uno de los primeros criterios que habría que tener diáfanamente claro es que el problema fundamental del Presupuesto público es que los ingresos tributarios no alcanzan para financiar el nivel de gastos deseados y que el gasto no tiene la calidad, transparencia y efectividad que todo mundo espera.

De esa cuenta, más que buscar fuentes de financiamiento para financiar el más alto gasto público posible, lo que habría que hacer es fijar un techo al nivel máximo de gastos que resultaría permisible para 2021 y, de una vez, para el resto del período de gobierno. El gasto público debe supeditarse a las limitaciones financieras, por lo que al establecer una línea de corte, algunos proyectos que puedan ser realizados durante 2021 deberían ser evaluados nuevamente en los años siguientes. Además de la línea de corte para 2021, podría explorarse también la posibilidad de “congelar” el gasto en términos reales durante los próximos años, de manera que anualmente solo creciera en función del ritmo inflacionario. En cuanto a las remuneraciones y contrataciones de empleados públicos, un principio básico a seguir podría reducir la contratación de personal temporal al mínimo posible y congelar toda contratación de nuevos servidores públicos hasta que no se ponga en práctica sistemas de remuneración basados en evaluaciones del desempeño objetivas y públicas.

Junto con esto se debería proceder a reducir el tamaño y cantidad de entidades públicas existentes en función de duplicidades de funciones, existencia poco justificable en función de las prioridades nacionales o excesivo tamaño en relación a sus responsabilidades. Estos son solo algunos ejemplos de los principios que deberían servir de guía en este acelerado proceso de readecuación presupuestaria. Haciendo una analogía con la jardinería, el reto consiste en podar de manera efectiva, general y rápida la mala hierba existente, teniendo cuidado de no desmochar las pocas plantas productivas que hay en el jardín.

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