Escrito por: María del Carmen Aceña
Guatemala, 28 de junio del 2021
Recientemente tuve una conversación con Marlon, un joven de San Marcos, quien me afirmaba que en Guatemala nada progresaba, razón por la que se iba ir del país. Fue muy interesante el intercambio de ideas debido a tiene 21 años, y su sueño era irse a Estados Unidos. Uno de los temas que argumentaba era la inseguridad del país. Me decía “todos los días en las redes sociales me llegan muchas noticias, me siento inseguro de caminar en la calle, me roben el celular o que me maten. Ahora con el COVID-19 no vamos a la universidad y me siento como atrapado, desesperado y aburrido”. Luego me puse a pensar ¿cuántos guatemaltecos se sienten actualmente sin esperanza? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo involucrarse en mejorar la situación del país?
Conocer con certeza la situación de seguridad ciudadana de un país es difícil, especialmente en países donde la gente vive con “psicosis” de inseguridad. Le explicaba a Marlon que la violencia homicida ha mejorado en la última década. Le contaba que en el año 2009 nuestro país llegó a estar entre los cinco países con mayor violencia homicida del mundo. Cada 90 minutos fallecía una persona, razón por la cual surgió el movimiento Jóvenes contra la Violencia. En aquella época fue relevante conocer que la mayoría tanto víctimas como victimarios eran jóvenes varones y era muy importante crear conciencia de la pérdida de vidas que se tenía a diario y que era posible prevenir y salvarlas.
Este y otros esfuerzos ciudadanos e institucionales han logrado que la tasa de violencia homicida por cada 100 mil habitantes haya bajado de 46 homicidios a 15. El año pasado el país se ubicó en el puesto número 11 de 22 países latinoamericanos, la cifra más baja de los países del Triángulo Norte, ya que Honduras registró una tasa de 38 y El Salvador una de 20 por 100 mil habitantes. Inclusive estamos mejor que México, Colombia, Belice e inclusive Puerto Rico.
Sin embargo, además del homicidio hay otros delitos como la extorsión, el robo a vehículos y motos, el soborno, el secuestro, agresiones y otros. Lo que sucede es que no todas los que son víctimas denuncian, apenas uno de cada cuatro lo hace. Algunos no lo hacen por represalias, otros por la falta de conocimiento o porque no tienen suficientes pruebas. Esta información se puede recopilar en las encuestas de victimización, que se diseñan con metodologías estadísticas que garantizan la representatividad de la muestra seleccionada. Puede ser a nivel nacional, regional o departamental y urbano y rural. Con ésta también se puede recopilar información sobre la percepción de la seguridad pública y victimización de la población.
En Guatemala, entre diciembre de 2017 y febrero de 2018 se hizo la “Encuesta Nacional de Percepción de la Seguridad Pública y Victimización” -ENPEVI 2018-. El periodo de referencia fue noviembre 2016 a octubre 2017. Sus resultados muestran que, en el periodo de referencia, el 84% de los guatemaltecos mayores de 18 años no habían sido víctimas de algún delito. Sin embargo, tres de cada 10 pensaba que podía ser víctima. Como comparación, la victimización reportada en la encuesta de El Salvador en el año 2018 fue del 18% y en la encuesta de México en el año 2017 fue 29%. En Guatemala, a nivel departamental, la victimización varía desde el 25% en Guatemala y 21% en Escuintla, hasta 6.5% en San Marcos y 7% en Izabal. La ENPEVI también mostró que los delitos de robo de vehículos y de motocicletas son denunciados en más del 80%.
Según un estudio de denuncia de delitos de los últimos cinco años del CIEN, los delitos se encuentran concentrados geográficamente: la mitad de los homicidios se comete en 18 municipios, el 50% de las denuncias por extorsión se reportan en 13 municipios, ocho de cada 10 denuncias por robo de vehículos se hicieron en 10 municipios y el 75% de las denuncias por robo de motocicletas se registraron en 15 municipios.
La información es muy importante para mejorar la seguridad ciudadana. Es necesario conocer las características propias de cada tipo de delito, desde los puntos de vista estadístico, criminológico y victimológico; e implementar estrategias diferenciadas para su reducción. No se puede pretender mejorar las condiciones de seguridad del país sin diseñar estrategias de intervención diferenciadas por delito y área geográfica, a la vez que se atienden características propias de la forma en que son cometidos estos delitos y las principales víctimas. Existe una alta concentración geográfica de los delitos por departamento y actuar en estos territorios debe ser prioridad. En los primeros cinco meses del año 2021 el CIEN señala que los homicidios se concentran en el departamento de Guatemala, Escuintla e Izabal. Las extorsiones se cometieron en los departamentos Guatemala, Escuintla y Quetzaltenango. Los robos de vehículos se focalizan en Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez. Los robos de motocicletas se concentran en Guatemala, Escuintla e Izabal. Los departamentos de Guatemala y Escuintla son los que más necesidad tienen de mejorar su situación de seguridad ciudadana.
Marlon pregunta, “¿y qué podemos hacer los ciudadanos y que se les recomienda a las autoridades?”
Definitivamente las autoridades deben dar seguimiento a los delitos como una forma de medir la situación de la seguridad ciudadana en el país. Importante realizar de manera periódica encuestas de victimización, recomendable cada dos años, a fin de complementar los registros administrativos de denuncias y recopilar otra información relevante para el diseño de políticas públicas en el sector de seguridad y justicia penal.
Un mensaje a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes, es ser los promotores de la prevención y no dejarse influir por todo lo que les llega en redes sociales. En caso de ser víctimas de un delito, que lo denuncien. Deben informarse respecto a qué hacer en caso de ser víctima de un delito y además dar seguimiento a los casos denunciados para lograr la certeza del castigo en el mediano y largo plazo. ¿Ha sido víctima de algún delito recientemente? ¿Cómo mejorar la confianza entre las instituciones y los ciudadanos? ¿Qué podemos aprender de los departamentos con menos delitos del país?