01/12/2020

Presupuesto 2021: Ganar la batalla y perder la guerra

Escrito por: Hugo Maul Rivas

Guatemala, 01 de diciembre del 2020

Mientras no exista aprendizaje alguno de las (malas) experiencias pasadas, es ingenuo pensar que la batalla que se está librando del Presupuesto 2021 servirá de algo. Aun en el caso de salir victoriosos quienes se oponen al mismo, la victoria sería pírrica si no se resuelven los problemas estructurales del Presupuesto. El problema de sostenibilidad de la deuda pública no se corrige con un poco menos hoy, otro poco menos mañana; se ha llegado a un punto en el cual ya no es viable seguir utilizando el endeudamiento público para financiar el desequilibrio fiscal permanente. Es urgente restablecer el balance fiscal como principio a seguir y práctica común. No se trata solamente de recortar los gastos, es urgente que se garantice que todos los programas y proyectos que se incluyen dentro del Presupuesto sean socialmente rentables. Es decir, cómo los multimillonarios montos que se gastan se transformarán en bienes y servicios que mejoren las condiciones de vida de la población. Tampoco se trata solamente de asignar más recursos a la inversión pública, sino de mejorar la calidad de planificación de proyectos de infraestructura; según estándares internacionales (Iniciativa COST 2018), el 95 por ciento de los proyectos de infraestructura pública evaluados exhiben serias deficiencias en la planificación técnica, financiera, legal y de plazos de ejecución.

Mientras se libra la batalla contra el Presupuesto 2021, en otro campo de batalla se pierde la guerra con el inexorable avance hacia un nuevo pacto colectivo de condiciones de trabajo con el magisterio. Bajo la trillada excusa que Guatemala necesita gastar más en educación, seguramente se avecina otra lesiva negociación como las anteriores. Mientras se siga contratando a docentes poco calificados, no se evalúe adecuadamente el desempeño de estos y se deje de lado la inversión en tecnología, libros y mejoramiento de las escuelas, porque todo se va en salarios, gastar más dinero no garantiza nada. Ocho millardos de quetzales adicionales, doce años después que se iniciara este oneroso contubernio entre gobiernos de turno y sindicalismo público y, lo más grave, una generación completa de estudiantes desperdiciada, los avances en la calidad de la educación, siendo optimistas, no son los que el país necesita. El problema del Presupuesto público 2021 no es uno de “sintonización fina”, reducir gastos por aquí, cambiar la dirección algunos recursos por allá o priorizar otros proyectos acullá, sino de carácter sistémico-estructural. En la medida que estos problemas no se resuelvan, en cierto sentido, todos los presupuestos públicos han sido y serán como el de 2021, aunque la propuesta concreta que dio paso a las protestas colectivas quede en el olvido.

Artículos, Expertos
About Hugo Maul