14/04/2020

Minimizar Costos del COVID-19

Escrito por: Hugo Maul Rivas

Guatemala, 14 de abril del 2020

Sin duda alguna, el COVID-19 está teniendo un elevado costo económico y humanitario para el mundo. La pérdida de vidas, de por sí, representa ya un costo inconmensurable para el mundo; no se diga nada acerca de los costos en que se incurre ya en materia de salud pública; de los cientos de millones de empleo que se perderán a causa de las medidas sanitarias para minimizar el contagio; de los sectores económicos que sufrirán irremediables pérdidas a largo plazo; y de las oportunidades económicas que se esfumaron a causa de esta crisis. Todos estos factores se conjugan de manera negativa con la incertidumbre existente acerca del ajuste económico en el futuro inmediato del mundo. De manera que hoy, seguramente, uno de los principales costos que no ha sido cuantificado es el efecto de la pérdida de confianza en los pilares fundamentales sobre los cuales ha descansado el desarrollo económico durante los últimos 200 años. En cierto sentido, muchas de las certezas que se tenían acerca de la forma en que funcionaba el mundo hasta hace unos cuantos meses parecen estar hoy en duda.

El tipo de decisiones extremas que algunos países están tomando para afrontar la crisis, llegando inclusive a violentar algunos de los más básicos derechos del hombre, se justifican solamente en nombre de un bien mayor. A pesar de las grandes tentaciones que podrían existir para apostar por nacionalismos económicos a ultranza, cierre de mercados, mayores restricciones al movimiento de mercancías, personas y capitales y limitación de libertades individuales, es preciso reconocer que la libertad, democracia, Estado de Derecho, igualdad de oportunidades y limitación efectiva al poder coercitivo del Estado siguen siendo principios a seguir. Sería lamentable que en nombre de la defensa de la sociedad ante amenazas invisibles y enemigos de difusa identidad, uno de los resultados de este episodio que vive el mundo sea la consolidación de regímenes políticos más autoritarios; limitación de los derechos individuales; desbordada intromisión del Estado en los asuntos económicos; y exacerbadas cargas impositivas sobre las espaldas de los contribuyentes.

Lo que menos necesita el mundo, y Guatemala, una vez haya sido superada la crisis sanitaria del COVID-19, es adoptar medidas que entorpezcan la rápida recuperación del empleo, la inversión, el consumo, la innovación y la creación de nuevas oportunidades económicas. Esto no quiere decir que algunos elementos sobre los cuales se sustentaba el desarrollo previo a esta crisis no sean repensados y rediseñados. No obstante, es necesario reconocer que, cualquiera que sea la forma en que el mundo encuentre una salida a la situación actual, de una manera u otra habrá que retomar los principios fundamentales que han hecho libres y prósperos a los pueblos del mundo.

Artículos, Expertos ,
About Hugo Maul