Escrito por: Verónica Spross
Guatemala, 05 de enero del 2023
Después de tres años afectados por la pandemia, llegó el momento de un regreso pleno de los estudiantes a los centros educativos. Todos deben tener un 100 por ciento de presencialidad, incluyendo a los del sector privado, sector público, institutos por cooperativa y municipales. Esta medida es acertada pues el efecto para los niños y jóvenes constituye una preocupación sobre cómo impactará en sus vidas futuras en los distintos ámbitos, sea su trayectoria escolar, en su desempeño como ciudadanos o en su futura inserción laboral.
El impacto más grave de la pandemia ha sido sobre los aprendizajes no alcanzados. Según la información del Banco Mundial, 7 de cada diez alumnos están padeciendo rezagos en los aprendizajes que debían haber alcanzado y no se lograron por las dificultades y cambios generados a raíz de la crisis sanitaria. En la evaluación diagnóstica realizada en Guatemala a todos los estudiantes de todos los niveles destacó que 4 de cada diez de los estudiantes del nivel medio o secundaria no tenían el nivel esperado en matemática y lectura.
De allí la necesidad de partir de un claro diagnóstico sobre la situación del grado de rezago de los estudiantes, con el propósito de diseñar las estrategias que les permitan recuperar los niveles no alcanzados y acelerar en este año el ritmo de aprendizaje intentando ir cerrando brechas lo más posible. El plan agresivo de apoyo a los estudiantes que presentan rezagos debe realizarse en cada centro educativo y ejecutarse con participación de toda la comunidad escolar, es decir docentes, padres de familia y estudiantes mismos.
Entre las estrategias recomendadas se encuentran las tutorías que pueden realizarse de manera presencial o a distancia, por medio virtual o telefónico. Existen diversas modalidades de tutorías, siendo uno de los modelos implementado por adultos que voluntariamente se apuntan para ayudar a algunos estudiantes. También se conocen modalidades de tutorías realizadas por estudiantes mayores que apoyan estudiantes de los grados menores.
Sin embargo, lo más importante es el compromiso de los profesores, que deben tener un acompañamiento especial a los alumnos con rezagos, pudiéndoles dedicar tiempo adicional a los estudiantes que lo requieren y dándoles apoyo socioemocional para lograr que se motiven a estudiar y realizar trabajos más allá de lo estipulado por el CNB para el grado en el que se encuentran en este ciclo escolar. Los directores tienen un rol clave de liderazgo hacia sus equipos docentes, así como los acompañantes pedagógicos y la actualización constante a los educadores.
Otras acciones que deben implementar los centros educativos están vinculadas con las medidas de bioseguridad, ya que el lavado de manos y la sanitización continúan siendo fundamentales para prevenir las enfermedades sobre todo de tipo respiratorio, sea influenza, COVID o gripe.
Y, en cuarto lugar, es clave el remozamiento de la infraestructura escolar, garantizando principalmente el funcionamiento adecuado de los servicios sanitarios y la disponibilidad de agua. Es un rol fundamental de las municipalidades apoyar a las escuelas en esta etapa, recordemos que cuentan con recursos financieros derivados del IVA-Paz, que pueden destinar sobre todo para la mejora de la infraestructura escolar. La disponibilidad de internet y equipo tecnológico también resultará clave en este ciclo escolar para que se pueden aprovechar todas las plataformas y recursos digitales disponibles, que ayudarían significativamente a todos los alumnos para aprender tanto lectura, matemática, así como ciencias naturales y formación ciudadana.
Los estudiantes de centros educativos privados, municipales y por cooperativa retornan a clases ahora en enero. Los del sector público regresan el 15 de febrero. A todos se les desea un buen ciclo escolar y que llegue una fuerte dosis de energía para recuperar tiempo perdido y acelerar el ritmo de los aprendizajes.