Escrito por: Verónica Spross
Guatemala, 29 de abril del 2021
La nueva administración de Gobierno en Estados Unidos enfrenta un tema que no es nuevo, sino que ha decidido un enfoque alternativo, trabajando de la mano con los gobiernos de los países del Triángulo Norte. De dicho interés se gesta la llamada que realizó al presidente Giammattei la señora vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. Por la relevancia del tema para el vecino del Norte y para Guatemala, El Salvador y Honduras, países integrados en el concepto conocido como Triángulo Norte, es importante profundizar en cuál es la verdadera causa de la migración.
Una estadística interesante es que el 70 por ciento de los migrantes en Estados Unidos provienen de América Latina y el 15 por ciento son del Triángulo Norte. Mientras en nuestros países no se generen las inversiones y se den las condiciones para la mejora en la economía, no se detendrá la migración, porque según las encuestas realizadas a los migrantes, la mayoría buscan viajar al Norte por motivos económicos, pensando en que allá van a tener un ingreso mayor que el que pueden lograr en nuestro país. La gente migra para trabajar y mejorar su nivel de vida.
Entonces, ¿qué hacemos para lograr que las personas prefieran quedarse en Guatemala, Honduras o El Salvador en lugar de ponerse en los grandes riesgos que conlleva la aventura de convertirse en migrante ilegal? De acuerdo con la discusión de analistas económicos participantes en el Foro Noj, como Maul, González y Virzi, la solución no va por repartir dinero en los países del Triángulo Norte.
Biden está contemplando brindar la posibilidad de que 6 mil guatemaltecos puedan ir a trabajar a Estados Unidos conforme a una visa de trabajo. Esa cifra es muy baja, ayudaría si se lograra que un número mayor, como 200 mil guatemaltecos, pudiesen ir a trabajar de manera legal a Estados Unidos. Debe darse un balance entre apertura y que los migrantes se regularicen, respeten las leyes y paguen impuestos. Es de reconocer que Estados Unidos sí desea tener migrantes, para los sectores agrícola y construcción, entre otros. Pero, dado que allá está creciendo el Estado Benefactor, con más impuestos y un aumento al salario mínimo, las afectadas son las pequeñas y medianas empresas, las cuales contratan a la mayor cantidad de los migrantes. Entonces puede ser que se reduzca la demanda por migrantes si se ven afectadas esas empresas.
Estados Unidos le está apostando a que una mejor gobernanza en los países, a la par de una reducción en la corrupción, ayudaría a que las personas piensen en quedarse y buscar una mejora en su propio país. Sin embargo, se evidencia que el problema que causa la migración no está bien definido. Por allí debe empezarse. Es de tener claro que la motivación es económica, pero también es el nivel de vida y esto es debido a la inversión en capital por persona. Una persona que carece de formación puede ir a ganar allá en Estados Unidos ocho veces más de lo que ganaría en Guatemala.
En conclusión, se requiere abordar la solución por los dos extremos. Por un lado, Estados Unidos carece de una política para la migración, lo cual sería fundamental para que sea un proceso ordenado. El pueblo americano aprueba la migración legal. Entre los beneficios de la migración se ven el aumento en la diversidad de pensamiento y el enriquecimiento de la cultura propia con los aportes de otras culturas. Una propuesta es que los migrantes sean residentes permanentes, pero no ciudadanos. En ese caso sí deberían cumplir con las obligaciones ciudadanas como el pago de impuestos, para mitigar uno de los fuertes argumentos en contra de la migración es el costo que representan los migrantes que usan los servicios educativos y médicos, entre otros. Y, por otra parte, se requiere promover una fuerte inversión en infraestructura en el Triángulo Norte, seguridad y certeza jurídica para la inversión privada, de modo que se generen más empleos localmente.