Escrito por: María del Carmen Aceña
Guatemala, 31 de enero del 2022
“El retorno a clases presenciales es un riesgo mínimo comparado a que los niños estudien desde casa y el efecto que esto tiene para su aprendizaje, su salud mental, para su alimentación, para su actividad física”, comentó el representante de Unicef en Ecuador, en agosto del año pasado luego de presentar el informe “Bienestar de los Hogares ante la pandemia de la Covid-19 en Ecuador”. El funcionario recalcó que estos niños serán quienes dirijan el país en el año 2050 y de las decisiones que se tomen hoy dependerá nuestro futuro.
Unicef ha dicho que un retorno a clases progresivo y con las medidas de bioseguridad es seguro. También se refiere a la importancia de tomar en cuenta a las madres que han permanecido por meses junto a sus hijos. El cuidado infantil recae sobre ellas: en los estratos socioeconómicos más bajos en un 89% y en los altos en un 49%. Señala que mientras los alumnos sigan en clases virtuales muchas mujeres no podrán retomar sus actividades económicas.
Excelente que el tema educativo vuelva a tomar importancia en Guatemala. No se conoce un estudio específico sobre el impacto de la pandemia en el aprendizaje de los estudiantes guatemaltecos, pero se puede tomar la región como referencia. En marzo del año 2021 un experto del Banco Mundial indicó que la pandemia en Latinoamérica empeoró el aprendizaje de los alumnos. La pobreza de aprendizaje podría pasar de 51% a 63%. Con pérdida de un año, el 71% podría no ser capaz de comprender adecuadamente un texto de moderada extensión, cuando antes de la pandemia la cifra era de 55%. Además, se indicó que, si las escuelas permanecían cerradas otros tres meses, el porcentaje ascendería a 77% y al menos el 15% de los alumnos abandonarían en definitiva la escuela. Esto realmente debe llamar la atención de todos debido a que estamos por cumplir casi dos años sin tener en la mayoría de las escuelas clases presenciales, se desconocen los efectos de las medidas tomadas por el gobierno y se ignoran las brechas de aprendizaje de los alumnos.
Se inició el ciclo escolar 2022 en el sector privado (14 de enero), pero varios municipios están en alerta roja por la especialmente por la nueva variante Ómicron; esto implicaba que no había posibilidad de contar con clases presenciales debido a las disposiciones. Fue importante que el Gobierno haya publicado la normativa para que los colegios continúen con la educación híbrida a pesar de estar en alerta roja sus municipios y que los padres sean los que decidan si mandarán a sus hijos a los establecimientos. Es de recordar que se exige una serie de protocolos de bioseguridad para proteger a los alumnos y docentes.
El sector público iniciará el ciclo escolar un mes más tarde (14 de febrero) y hay muchas dudas de la comunidad educativa en general. Es de resaltar que ya se cumplen casi dos años con modalidad híbrida pero la mayoría de las escuelas y alumnos no tienen acceso a internet. Adicionalmente muchas escuelas no cuentan con la infraestructura adecuada para recibir a los estudiantes. Lamentablemente en estos dos años no se hicieron las inversiones necesarias. Según el MINEDUC la cobertura de la preprimaria se mantuvo del 2019 al 2021 en 62%, la preprimaria aumentó de 93% a 95%, pero tanto en el básico como diversificado bajó la cobertura de 49% a 48% y de 26% a 25% respectivamente. Se estima que más de 100 mil jóvenes abandonaron la escuela.
Por otro lado, el proceso de vacunación ha sido lento para los jóvenes (edad de 12 a 17 años) -24% esquema completo- y no se contempla dentro del plan de vacunación a la población de 11 años y menos. Muchos padres y madres tienen miedo de enviar a sus hijos a la escuela por el contagio, pero es muy importante que en cada hogar se converse del tema y tomen la decisión, ya que el futuro tanto de los menores como del país está en juego.
Salió a luz un nuevo pacto colectivo que tendrá un costo alto para el Ministerio de Educación (MINEDUC). El mismo no contempla la innovación ni la tecnología en las aulas. Concede más privilegios a los sindicalistas, aumenta los días de asueto para los trabajadores, concede más bonos e incrementos salariales a los trabajadores, todo sin importar el aprendizaje de los alumnos. No toma en cuenta una transformación educativa. También es de mencionar que recientemente la Universidad de San Carlos se pronunció respecto al programa de Formación Inicial Docente (FID), mismo que ha recibido más de Q.60 millones del MINEDUC, ha graduado alrededor de cuatro mil profesionales y no se ha contratado a ninguno de los graduados.
En la última década se ha triplicado el presupuesto del MINEDUC y lejos de aumentar la cobertura y calidad educativa, la mayoría de los alumnos no están aprendido prácticamente nada. Debemos priorizar los aprendizajes. Urgente cambiar el rol del docente para proveer orientación y mentoría a los estudiantes en la era de la información. La demanda del Siglo XXI requiere generar contenidos educativos digitales relevantes y la provisión de equipamiento y conectividad a las escuelas, docentes y estudiantes. Debe fortalecerse los programas de formación inicial y en servicio de los profesores, mejorar los procesos de selección y reclutamiento, y proveer formación para el desarrollo de competencias digitales y pedagógicas para el uso de la tecnología en el aula.
Es momento de retornar a clases presenciales y con coraje toda la sociedad trabajar en la modernización del sistema educativo. Definitivamente los pactos colectivos no son la solución y el MINEDUC debe retomar el liderazgo, la autoridad y la responsabilidad que la Constitución de la República le confiere en beneficio de la niñez y juventud guatemalteca. Debemos buscar apoyo con los mejores del mundo e iniciar lo más pronto posible la tan ansiada reforma educativa. ¿Está de acuerdo que los estudiantes regresen a las aulas? ¿Cómo lograr la voluntad política para el cambio? ¿Cómo crear un sistema de mérito en el sector educativo?