Escrito por: Hugo Maul Rivas
Guatemala, 02 de marzo del 2021
Es posible que el Gobierno chino esté mintiendo; no sería la primera vez que se manipulan las estadísticas oficiales de un país. Tampoco sería la primera vez que los economistas occidentales se cuestionan si los resultados alcanzados por China en materia de nivel de vida son exactos. A finales de la década de los 70 del siglo pasado ocurrió algo parecido en relación al impacto económico del mandato de Mao Zedong. La tasa de crecimiento económico promedio anual oficial durante el periodo comprendido entre 1953 y 1978 fue de 6.7 por ciento; después de minuciosas revisiones, reputados economistas occidentales consideran que dicha tasa fue apenas superior al 4 por ciento. Aun así, el nivel de vida promedio de la población china más que se duplicó durante ese periodo, pasando de un ingreso promedio per cápita anual de unos US$90 en 1960 a uno de US$156 en 1978. Valor que palidece en relación a los casi US$9 mil de ingreso per cápita promedio de los japoneses o los US$1,400 de los coreanos del sur en 1978 e, incluso, respecto los US$925 de ingreso per cápita promedio de los guatemaltecos. En otras palabras, independientemente del avance que haya logrado la China durante los casi 30 años de comunismo a ultranza de Mao, lo cierto es que los cerca de mil millones de chinos que habitaban ese país en 1980 eran extremadamente pobres. En 2019, cuarenta años después que China iniciara con su radical reforma económica, el ingreso per cápita anual del habitante promedio chino es US$10 mil 200, un valor que más que duplica los US$4 mil 600 de los guatemaltecos ese mismo año.
Si Xi Jinping dice la verdad o no relación a la erradicación de la pobreza extrema es algo que los expertos descubrirán eventualmente; lo que no tiene mayor discusión es que entre 1980 y 2020 el ingreso per cápita promedio de un habitante chino se multiplicó más de 50 veces, mientras que el de los guatemaltecos se multiplicó 4 veces. Más allá de las discrepancias que puedan haber en función de los métodos de cálculo utilizados (los valores aquí utilizados corresponde a dólares corrientes, según cifras del Banco Mundial) y las disparidades resultantes entre distintos estratos de la población china, lo cierto es que la China logró en poco más de una generación sacar de la pobreza a más de 800 millones de personas. Esto no quiere decir que China no tenga problemas económicos, sobre todo en lo que concierne, en términos de una nota de la ‘BBC’, a quién controla toda esa riqueza. Sin embargo, la lección para países como Guatemala debería ser que en lugar de estar enfrascados en la repartición de los despojos de una economía estancada, habría que reconocer que dando saltos cuánticos como los de la China ahora, Corea hace 40 años o Japón hace 60 años, resulta más fácil atender los problemas sociales de un país.