Escrito por: Verónica Spross
Guatemala, 30 de julio del 2020
El semáforo que se está implementando permite conocer la situación de la pandemia en cada jurisdicción municipal. Es un tablero de alertas que permitirá mayor actividad económica y social en los municipios donde hay pocos contagios, sin verse afectados por lo que sucede en otras regiones. Establece niveles de rojo, anaranjado, amarillo y verde, según la gravedad de la cantidad de los contagios según cada departamento y municipio del país.
Este semáforo se revisará cada 14 días y se basará en el número de casos confirmados en relación a las pruebas realizadas. La aspiración es llegar a la nueva normalidad, como estarían los municipios en verde. Algunos municipios se ubican actualmente en amarillo, naranja y rojo. Se requieren aún medidas de distanciamiento social y se recomienda continuar en teletrabajo cuando sea posible. Los colegios y universidades aún no retornarán a la presencialidad en el corto plazo.
Con este nuevo sistema tenemos información en función de la situación real de salud de los distintos departamentos y municipios. El semáforo epidemiológico no es perfecto, pero permite avanzar en la reactivación de la economía, la cual es de gran importancia para la mayoría de la población que necesita poder ir a trabajar. Entre lo positivo debe mencionarse que funciona descentralizadamente, donde las autoridades locales van decidiendo las medidas, no se necesita que la autoridad central dicte todas las medidas. Por tanto el transporte público se reanudará de forma gradual dependiendo de cada jurisdicción. En la ciudad capital, por ejemplo, el servicio del Transmetro reinicia a partir del viernes y la segunda fase reiniciará el 15 de agosto.
Para que las empresas puedan retomar su actividad económica hay toda una normativa que cumplir, lo cual tiene complejidades y costos. Pero, no parece haber muchas alternativas para activar la economía y que los guatemaltecos puedan continuar ganándose la vida. Estamos frente a la nueva normalidad, la cual se nos venía anunciando, y ésta representa cambios en relación a la forma cómo enfrentábamos la vida antes en la vida social, económica, religiosa y deportiva. Poco a poco se reactivarán algunas de las actividades más no todas, ni al mismo tiempo.
Preocupan las reacciones negativas, como la quema de la Municipalidad en San Lucas Tolimán, en donde los pobladores estaban inconformes por la calificación que recibió su municipio, ante un posible error de los indicadores. Será pues importante que el sistema presente la realidad de cada localidad de la mejor forma posible, siendo muy cuidadosos con el manejo de los indicadores.
Médicos señalan que por la situación en rojo del Área Metropolitana no es conveniente aún la reactivación del transporte público ni de restaurantes porque el número de casos positivos con relación al número de pruebas es muy alto y los hospitales de la zona se encuentran llenos. Esos son los aspectos que podrían verse como negativos desde el ángulo de la prevención de la salud. No debe olvidarse que el objetivo en esta nueva fase es doble: Salvaguardar la vida, manteniendo las medidas sanitarias adecuadas y salvaguardar los medios de vida, para evitar las muertes por hambre y mayor desasosiego social. La responsabilidad personal es la clave en esta nueva fase, donde el uso de la mascarilla en público sigue siendo la clave, a la par de distanciamiento social y medidas de prevención como lavado de manos. No es momento de relajar las medidas, sino de asumir la nueva etapa con toda responsabilidad personal, pensando en las personas mayores que nos rodean y en los más vulnerables ante la pandemia. El sistema del semáforo puede ser criticado, pero es una alternativa para ir avanzando hacia la nueva normalidad. Lo importante es que sea un sistema perfectible y dinámico.