Escrito por Hugo Maul
Guatemala, 28 de junio del 2022
La alta dependencia de muchas cadenas globales de valor de la producción asiática, especialmente de China y Vietnam, está haciendo crisis desde antes de la pandemia. El movimiento que estas grandes empresas líderes mundiales hicieron hace 20 o 30 años, parece no seguir siendo la mejor forma de estructurar su producción a nivel global. Este deseo de relocalizar sus capacidades productivas hacia otras regiones del mundo, especialmente hacia las más cercanas a los grandes mercados de consumo de Occidente, fenómeno que ha dado en llamarse nearshoring, ha llevado a que estas grandes empresas volteen a ver a la región de Centroamérica y el Caribe para mitigar la dependencia y los riesgos que ahora afrontan en Asia. A pesar de este renovado interés en la región, es necesario que no basta con estar cerca del mercado de E.E.UU. para que esta nueva moda se transforme en mayores y mejores oportunidades para la región. La cercanía a Estados Unidos y la ventaja de tener puertos marítimos en el Atlántico y el Pacífico son grandes ventajas; sin embargo, mientras estos puertos y las carreteras que llegan a ellos no faciliten el rápido y seguro movimiento de las mercancías, la cercanía es una mera figura retórica. Lo mismo que sucede en materia de generación de empleo en la medida que no puedan crearse condiciones mínimas para asegurar que los salarios no se manejaran arbitrariamente con fines políticos; que el capital humano contará con las competencias especializadas que necesitan algunas de las nuevas actividades productivas; o mientras no mínimamente existan esquemas de incentivos económicos para cierto tipo de actividades claves para la región.
La incoherencia en las políticas públicas sigue siendo la principal amenaza para poder aprovechar las oportunidades que este nuevo fenómeno ofrece para avanzar en la escalera de sofisticación de la producción, tecnificación de la mano de obra y mejora constante de los salarios. En ese orden de cosas, es necesario aprender del pasado para no desaprovechar esta nueva oportunidad. Las figuras de las Zonas Francas y el régimen de Perfeccionamiento Activo son dos ejemplos de la agenda del tipo de modernización institucional que tomó lugar en los años 80´s para aprovechar las oportunidades generadas por la Iniciativa de la Cuenca del Caribe. Cuarenta años después hay que volver a realizar un ejercicio parecido: identificar las áreas de reforma en materia de política pública necesarias para generar las condiciones que permitan aprovechar el nearshoring. Como con tantas otras modas en temas económicos, se necesitan mucho más que muchedumbres hablando de un tema para que pase de ser una simple idea a una fructífera realidad.