26/03/2020

Distanciamiento social y comunicación virtual

Escrito por: Verónica Spross

Guatemala, 26 de marzo del 2020

Tenemos ya diez días de estar bajo medidas de resguardo, permaneciendo en casa según las condiciones laborales o educativas de cada persona. Los estudiantes de centros educativos de primaria y secundaria se encuentran aprendiendo desde la casa. Los universitarios continúan sus clases por vía de plataformas virtuales. Los profesores se conectan e imparten sus clases con ayuda de las herramientas tecnológicas disponibles, principalmente las plataformas educativas.

Las sesiones de trabajo se están realizando por medio de conferencias virtuales. Los miembros de un grupo o equipo de trabajo se reúnen en ZOOM, Hangout, Teams u otras plataformas. Se continúa con el trabajo en organizaciones y empresas principalmente de servicios, donde es factible trabajar desde casa. Eso no es posible en ciertos negocios como las fábricas donde se requiere estar en el lugar de trabajo para poder ejecutar las tareas y funciones. Los sectores económicos priorizados sí pueden continuar trabajando, sobre todo empresas que producen alimentos, los supermercados y abarroterías, los servicios de energía eléctrica, telefonía y agua, así como los bancos.

Estamos en momentos críticos por lo que se requiere permanezcamos en casa una semana más por lo menos, aunque el Estado de Calamidad ya fue extendido por un mes más. La instauración del Toque de Queda acortó las jornadas y espacios para proveernos de alimentos o realizar pagos y mandados urgentes; sin embargo, la mayoría hemos comprendido la importancia del distanciamiento físico como una medida para evitar al máximo la cadena de contagios, como se ha dado en países europeos. De allí la importancia de potenciar y aprovechar los medios digitales y plataformas para educación y formación a distancia, mientras los estudiantes se mantienen en casa.

Con el propósito de aplanar la curva y diferir en el tiempo la cantidad de atención médica requerida se han tomado medidas que son respaldadas por la mayoría, como quedarse en casa en cuarentena. Sin embargo, ya empieza a verse un poco la preocupación de los gerentes de cómo se paliará la falta de ingresos durante un periodo más prolongado. El efecto es más preocupante para las pequeñas y medianas empresas, que no cuentan con reservas para suplir las necesidades de pago inmediatas. Los trabajadores se preocupan al ver en riesgo su fuente de ingreso para el sostenimiento familiar.

El Gobierno y el Congreso de la República han estado debatiendo las propuestas de medidas económicas y sociales que pueden tomarse para paliar la situación de emergencia que se vive. La SAT corrió las fechas de pago de impuestos, la Superintendencia de Bancos promueve la flexibilización de pagos y reducción u omisión de cargos por intereses en pagos que debían realizarse en los últimos diez días de marzo. En el Congreso, por su parte, se aprobó un crédito con el Banco Mundial, que consiste en un fondo para atender la emergencia y otro con el BID. También se aprobó una ampliación presupuestaria por 7 mil millones de quetzales y mil millones para ampliar el gasto en salud y para el Ministerio de Comunicaciones. Mientras, el tipo de cambio alza el vuelo y el Banco de Guatemala activa el mecanismo de participación de la banca central en el mercado cambiario, para atenuar el impacto de la brecha observada entre la mayor demanda de dólares en relación a la oferta, en parte por la caída de las remesas en un 30 por ciento. Las empresas luchan por mantener los salarios en estos quince días de resguardo, aun y cuando no han podido vender sus productos o servicios, y por tanto carecen de ingresos. Los economistas recomiendan medidas transitorias que ayuden a la recuperación económica y a mantener los empleos como prioridad. Estamos en un momento de sacrificios que hacía décadas no veíamos y que sólo las generaciones de mayor edad vivieron en las guerras o como consecuencia del terremoto de 1976. La unidad nacional que hoy vemos refleja la esperanza y confianza de que saldremos adelante. Todavía vamos a la mitad de la fase de resguardo; sigamos adelante, con la resiliencia que nos caracteriza.

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