Escrito por: Verónica Spross
Guatemala, 11 de noviembre del 2021
La tendencia del siglo XXI para modernizar los conglomerados de personas conocidos como ciudades es transformarlos para llegar a ser inteligentes. Es un concepto importante a tener como objetivo de las acciones a nivel municipal. Todas las cabeceras municipales, que son 340, deberían aspirar a convertirse en ciudades inteligentes.
Si partimos de la realidad que se vive en muchos poblados, aldeas y cabeceras departamentales, que son las ciudades principales del país, por su nivel de actividad económica, comercial y social, muchas de las ciudades intermedias carecen de un plan de urbanismo. Estamos lejos de que dichas ciudades departamentales o cabeceras municipales se puedan conceptualizar como espacios inteligentes y centrados en el bienestar de los vecinos.
¿En qué consiste el concepto de ciudad inteligente? El concepto de ciudad inteligente implica la innovación y la digitalización. La innovación no es solo tecnológica, sino que implica cambios políticos, económicos, socioculturales, ambientales, de urbanismo, entre otros. Según el manual de mejores prácticas de ciudades inteligentes formulado por Martínez O’Daly para la Alianza para Centroamérica, en el ámbito gubernamental implica servicios más eficientes y transparentes, con menor grado de corrupción. Se trata de tener al ciudadano en el centro, como el sujeto que hace, vive y disfruta la ciudad.
A nuestras ciudades les falta recorrer un gran trecho para llegar a ser inteligentes. Algunas municipalidades se han venido esforzando por tener parques, caminamientos peatonales, áreas deportivas, bicirrutas y espectáculos culturales para que los vecinos compartan en un ambiente de convivencia ciudadana. Sin embargo, les falta mucho para llegar a los estándares de una ciudad inteligente. Quetzaltenango es un ejemplo de una ciudad muy comercial que ha crecido sin orden y sin la suficiente planificación urbana para contar con vías eficientes de circulación vehicular ni espacios verdes para el esparcimiento de los niños, jóvenes y adultos.
Antanas Mockus, exalcalde de Bogotá, es uno de los alcaldes más reconocidos por buscar la transformación de una metrópoli. También la Ciudad de Medellín sufrió una profunda transformación que la ha convertido en una ciudad amigable para vivir. La Ciudad de Guatemala cuenta con mejores vías y ornato que hace tres décadas y hay una búsqueda de mejora en los servicios, pero el transporte público sigue siendo un área para ponerle atención. Es importante que se pueda implementar un plan de mediano plazo para convertirnos en una ciudad inteligente.
Contar con servicios de telecomunicaciones, internet, facilidades de movilidad, incluyendo vías eficientes de comunicación, lo cual nos lleva de nuevo a la urgencia del circuito exterior de la ciudad. Otros puntos a poner atención en las ciudades son el agua potable, el tratamiento de aguas servidas, recolección de basura y reciclaje, así como el tratamiento de la misma. Una ciudad va a ser inteligente si, además de contar con una municipalidad comprometida, se cuenta con seguridad y con una ciudadanía responsable y activa para impulsar los cambios que transformen su entorno. Acá hay una agenda clara para ANAM.