14/05/2019

CaDUCA infraestructura institucional

Escrito por: Hugo Maul Rivas

Guatemala, 14 de mayo del 2019

Las recientes fallas en la implementación del DUCA, Declaración Única Centroamericana, documento que integra las tres principales declaraciones aduaneras en el Istmo, han puesto en relieve la importancia que tienen las operaciones logísticas en la competitividad de las exportaciones. Desde los problemas que afrontaba Guatemala en el siglo XVIII, cuando se veía obligada a utilizar los puertos de Veracruz, en México, o Trujillo y Omoa, en Honduras, para su comercio exterior hasta los que se afrontan hoy a causa del DUCA, el tema de la construcción y efectiva operación de puertos, aduanas y carreteras ha sido un elemento central del modelo exportador del país. Así también, problemas como la mala coordinación entre países vecinos en procedimientos fronterizos para el traslado de mercancías; ineficiencias y lentitud en el proceso de despacho de aduanas y en los puertos; infraestructura de transporte de baja calidad y con pocas opciones intermodales; altos costos de transporte y rutas poco frecuentes e indirectas; retrasos en el seguimiento y rastreo de cargas; retrasos en el manejo de terminales y despacho de mercancías; ausencia de instalaciones refrigeradas en los puertos; y demás obstáculos burocráticos y de infraestructura que impiden una rápida respuesta a las cambiantes condiciones del mercado internacional.

A pesar de una larga historia de avances y retrocesos en esta materia, todo indica que no termina por comprenderse el papel que juega la logística, sobre todo la velocidad de respuesta en segmentos clave de esta, en la competitividad de la producción nacional. Una nota periodística en relación a los problemas que afronta la industria de vestuario y textil a causa del DUCA, erróneamente sostenía que “los textiles tienen un tiempo de vida mayor” lo que les permite afrontar mejor los retrasos a causa de este problema. Nada más lejano de la realidad, el hecho que la tela no pierda sus características físicas por causa de los retrasos en el traslado, en los procedimientos aduanales y operaciones portuarias, no implica que la competitividad de esta industria no dependa de su velocidad de respuesta a los clientes internacionales. La importancia en la velocidad de respuesta radica en la necesidad de superar la velocidad de reacción de los productores extranjeros contra los cuales compite la producción nacional en los mercados internacionales. Servicios de logística deficientes y lentos erosionan la competitividad internacional del cualquier sector productivo, sobre todo de aquellos que operan en mercados más competitivos y cuyos márgenes de ganancia son más bajos; cuando existen competidores internacionales que satisfacen de manera más rápida la demanda del mercado, la agilidad en procesos aduaneros y portuarios es una cuestión vital.

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